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Cómo Mover Montañas

Cómo mover montañas
y obrar otros milagros

[ PalabrasVivas sobre el Espíritu Santo ]

Los discípulos preguntaron: «¿Por qué no pudimos expulsar al demonio?» Jesús les dijo: «Por su poca fe. En verdad les digo, si tuvieran fe como una semilla de mostaza, dirían a esa montaña: ‘Muévete de aquí a allá’ y ella se movería. Nada será imposible para ustedes.» (Mateo 17, 19-20)

Jesús pretende que movamos montañas. Jesús desea que cada cristiano esté en su presencia, aquí en la tierra, haciendo lo que hizo él y más (Juan 14, 12). Nos dio su Espíritu Santo para que pudiéramos hacerlo. El Nuevo Testamento está lleno de noticias sobre milagros hechos a través de seguidores llenos de fe. Entonces ¿por qué somos tan impotentes hoy?  Tenemos fe, ¿verdad? ¿Es, por lo menos, del tamaño de una semilla de mostaza?

Jesús no andaba por ahí, cambiando el paisaje de Israel. La Escritura nunca nos dice que movió ninguna montaña de verdad. Lo que cambió fue el paisaje de los corazones de las personas — pero sólo cuando las personas estaban deseosas de que sus montañas interiores se redujeran y que se allanaran sus caminos. Debían estar deseosos. Dios no se mueve dentro de corazones cerrados o rebeldes porque él no irá contra nuestro libre albedrío. Él puede (y lo hace) cambiar el paisaje alrededor de los rebeldes para invitarlos a cambiar. Nunca deja de intentar ganar nuestro corazón.

Fe del tamaño de una semilla de mostaza

fe del tamaño de una semilla de mostazaDemos una mirada a la razón por la cual Jesús desafió a sus discípulos a buscar más fe. Habían tratado y fallado queriendo deshacerse de un demonio. La razón por la cual los demonios se apegan a las personas es una montaña: una montaña de pecado. Pero Jesús no dijo que el niño poseído necesitaba más fe. Eran sus estudiantes los que la necesitaban, las personas de quienes él dependería, más tarde, para continuar su ministerio.

Esto te incluye a ti y a mí. Cada cristiano bautizado está llamado a continuar el ministerio de Cristo.

Necesitamos aceptar esta responsabilidad y sabernos dependientes del Espíritu Santo de Cristo para cumplir la misión (todas las responsabilidades de la misión, incluyendo hacer milagros) si no, seremos responsables de los milagros que no sucedieron y de los corazones que no se convirtieron. Decir ‘sí’ a esto es la semilla que Dios mismo nutrirá para que crezca.

¿Es nuestro ‘sí’ del tamaño de una semilla de mostaza?

Los discípulos de Mateo 17 aún no habían recibido el Espíritu Santo. La fe es el fruto de una vida en el Espíritu (Gálatas 5, 22). Somos un pueblo post-Pentecostés. Ya tenemos al Espíritu que obra milagros (Gálatas 3, 5).

Una razón importante por la cual no podemos mover montañas es el mundo en el que vivimos y cuánto hemos sido influenciados por él. Yo también soy un producto de una cultura secular. Para tener la clase de e que Jesús espera de nosotros, necesitamos preguntarnos: «¿Qué me ha estado diciendo el mundo que reduce mi fe en los milagros? ¿Qué he oído o visto que me ha convencido que la fe cristiana no es lo suficientemente poderosa para mover montañas? ¿O que yo no debería pensar en demonios y aprender a hacer guerra espiritual? ¿Qué ha hecho que mi fe sea impotente?»

Luego, vayamos a Misa y prestemos atención al milagro que tiene lugar sobre el altar. La Misa es el lugar perfecto para incrementar nuestra fe. Si puedes ir, ve a Misa todos los días o por lo menos con más frecuencia, para ser testigo y participar del milagro de la Eucaristía. Recibe la presencia plena de Jesús dentro de tí mismo. El mundo no conoce este don sobrenatural. Tú sí. La Eucaristía es una semilla gigante que verdaderamente puede mover montañas. Pídele que mueva dentro de tu mente las montañas de las influencias terrenales que han hecho que tu fe sea menos de lo que él prometió que podría ser.

Mientras estás allí, presta atención a las otras personas en la Misa. ¿Quién más ha vencido al mundo? Rodéate de otras personas que creen en milagros.

¿Has presenciado un milagro? Descríbelo debajo, para que Good News Ministries sea un lugar de reunión donde las personas puedan rodearse de creyentes que edifican su fe.

© 2017 por Terry A. Modica


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