La decisión que hace la diferencia

Testimonio de Fernando sobre la fe milagrosa

Este testimonio personal fue escrito por Fernando Ramos, esposo de Graciela, nuestra Asistente de Ministerio bilingüe. Viven con sus cuatro hijos en Argentina.

“Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos en ti.” (Salmo 33, 22)

Cuando pasamos por tiempos de dificultades importantes, son, justamente, nuestra fe y nuestra confianza las que se ponen a prueba.  Es entonces que podemos saber, en realidad, cuánto creemos que Dios puede, quiere y hará un cambio para bien en nuestras vidas. También podemos palpar en qué medida confiamos en su bondad, en que nos mira constantemente, en que se preocupa por nuestra situación, en que no nos defraudará ni demorará más del tiempo fijado sus planes de bien para nuestras vidas.

Pero Dios quiere trabajar con nosotros. No desea  hacer las cosas solo y, por lo tanto, busca asociarnos a su obrar y al gozo de los resultados de esas metas maravillosas alcanzadas por ambas partes. A través de GNM, Dios llega a los corazones de miles de personas, entre las cuales me incluyo, que necesitan crecer en la fe y en el amor, ser acompañadas espiritualmente y beber agua viva. La herramienta material que logrará estos objetivos básicos es el monto de U$S150.000. Este monto se obtiene del apoyo financiero de muchos hermanos que comprenden que : «es dando que se recibe» (San Francisco de Asís).

¿Cómo puede esto ser importante para ti?

Dios necesita entrenarnos en la caridad y en la generosidad propia de una comunidad de fe y esto lo hace, especialmente, en los tiempos difíciles que antes mencionamos. Es ahí donde somos marcados para esta condición. Este es el tiempo de las grandes decisiones que afectan nuestra vida. No es lo mismo pasar el tiempo duro solo, centrado en la amargura o con la terrible sensación de haber sido abandonado, que optar por la propuesta de Jesús: «Porque mi yugo es suave y mi carga ligera». (Mateo 11, 30)

Con mi esposa y mis hijos pasamos un largo tiempo de pruebas de todo tipo. Fueron años de no entender el porqué de lo que sucedía y, con dificultad, podíamos aceptar que esto debía tener un propósito en el Señor. Las cosas llegaron a tal punto que, ya quebrantados y rendidos a los pies de la cruz, tomamos dos decisiones: la primera, orar en familia y la segunda, ayudar con lo poco que teníamos a cubrir la necesidad de quien Dios pusiera en nuestro camino.

Y así lo comenzamos a hacer. Luego, casi silenciosa pero visiblemente, el rumbo de nuestra vida familiar comenzó a tomar un giro. Dios hizo el milagro. Aquellas cosas que parecían imposibles, entre ellas, el tener un buen pasar material y un trabajo digno, cambiaron de manera impensada y las bendiciones fueron liberadas sobre esta familia. El Señor obró con poder en nosotros y en aquellos con quienes habíamos compartido.

Hoy seguimos esta dirección y desde que comenzamos este camino, está siempre presente en nuestro corazón aquella palabra del libro de Malaquías: «Pónganme a prueba, dice el Señor de los Ejércitos, si no abro las compuertas del cielo y dejo caer la bendición hasta que no haya más necesidad.» (Malaquías 3, 10)

Tienes justa razón, si dices que los sentimientos de dolor, abandono, impotencia y cansancio, casi nunca  se pueden evitar en los momentos duros. Esto es  verdad. Jesús los padeció durante su pasión. Pero lo que sí puedes elegir y  hacer, es un pequeño acto de fe. Cuando las cosas parece que se desmoronan, que todo sale mal  y que la vida se precipita en una terrible bajada hacia la oscuridad, es posible hacer la diferencia para el cambio: 

1. Decide poner tu confianza en Jesús.
2. Despójate de tus criterios y de tus planes para resolver las cosas.
3. Entrégale todo lo material que posees a los pies de su cruz.
4. Nombra al Señor administrador de tus bienes (en realidad son de él): sé generoso y déjalo obrar en ti y a través de ti.

Dile que decides confiar en él, pero díselo en voz alta.  Alábalo, expresándole lo importante que él es para ti, cántale canciones de alabanza, ¡a él agradan mucho!

Nada se le escapa  de lo que estás pasando y la bendición ya está preparada.  Esto no es una teoría, es una real y poderosa verdad.

Sé generoso, decide confiar en tu Señor y verás los resultados.

© 2015 por Fernando Ramos

Por favor, comparte esto con otras personas usando los íconos para las redes sociales al pie de esta página. O solicita una copia aquí, para imprimir con permiso para su distribución, a menos que arriba esté indicado que está disponible en Catholic Digital Resources.

¿Te ha gustado? Fortalece más tu fe con las Reflexiones diarias de las Buenas Nuevas @ gnm-es.org/reciba-las-reflexiones-diarias