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La postura correcta en Misa: ¿Deberíamos estar de pie o arrodillados?

La Postura Correcta en Misa:

¿Deberíamos estar de pie o de rodillas?

[ PalabrasVivas sobre Preguntas Frecuentes ]

postura correcta en Misa

¡Qué bendición la que recibimos cuando se eliminan o se cambian los rituales, porque eso nos hace analizar, en primer lugar, la razón por la que los hacemos!

Tomemos, por ejemplo, qué sucede cuando a una parroquia, que siempre se arrodillaba durante la Consagración de la Eucaristía, se le indica que ya no se deben arrodillarse durante la Misa. Habría un gran alboroto, ¿por qué? ¿Cuál es la postura correcta en Misa?

Después de todo, estar de pie es una postura de respeto, debido a eso permanecemos parados para cantar el himno nacional y honrar a nuestra bandera. ¿Recuerdan en los tiempos de antes, cuando por cortesía un caballero siempre se ponía de pie para saludar a una dama? Todavía nos paramos para dar una ovación de pie o cuando llega un dignatario.

Teológicamente, también es correcto para las personas de la congregación, ponerse de pie al unísono, cuando el sacerdote que la preside se pone de pie. La Iglesia enseña que debe de haber unificación de posturas como un signo visible de nuestra unidad como Cuerpo de Cristo. Esto significa que si tú visitas una parroquia que se pone de pie cuando tú estás acostumbrado a arrodillarte, o que se arrodilla cuando tú acostumbras pararte, tú debes hacer lo que hace la parroquia, en lugar de hacerlo de manera diferente.

Personalmente, yo preferiría arrodillarme. Es un signo de humildad nuestro ante Dios y debido a que nosotros, en los Estados Unidos, no somos generalmente humildes, arrodillarnos en la misa es un buen recordatorio de que es Jesús quien debe aumentar y nosotros disminuir, Jesús merece el máximo respeto que podemos tener, así que si fuera mía la elección, ¡todos deberíamos estar postrados en el suelo!

Cuando el pastor anuncia que debemos esta parados en lugar de arrodillados, la pregunta que surge por este cambio es: ¿Desobedezco al cura y me arrodillo cuando todo el mundo está parado, porque mi corazón me dice que me arrodille, o desobedezco a Dios (es decir, lo que yo creo que es la voluntad de Dios) al quedarme de pie, incluso cuando el estar de rodillas es un acto de reverencia más profundo para mí?

Para muchas personas, no debería ni considerarse. Ellas van a permanecer de rodillas, no por reverencia, sino por deber, no por amor a Dios, sino por tradición humana. Para ellas, obedecer al sacerdote ES obedecer a Dios. Jesús dice en Marcos 7, 1-13: “Este pueblo me honra con la boca, pero su corazón está lejos de mi. De nada sirve que me rindan culto….”

Cada gesto ritual y postura corporal durante la misa, debería provocar un cambio en nosotros, de lo contrario no tiene sentido hacerlos. Persignarnos debería ponernos en más contacto con el Señor, quien murió en la cruz por nosotros. Bendecirnos con el agua bendita, nos debería apartar de todo lo mundano que está fuera de la iglesia. Sostener las manos del prójimo durante el “Padre Nuestro”, debería hacer de ésta una oración comunal, en lugar de una cadena de palabras que recitamos individualmente.

“Ignorar los preceptos de Dios y aferrarnos a lo que son tradiciones humanas” sucede cuando hacemos a un lado la Ley del Amor para realizar legalistamente un ritual. En la jerarquía de las leyes de la Iglesia, las reglas que abordan rituales son cambiantes “tradiciones humanas” para guiarnos en CÓMO practicamos nuestra fe; son de una importancia legal menor que las leyes inalterables que abordan LO QUE ES nuestra fe y nuestra moral.

La pregunta de fondo es: ¿Qué motivos tengo para hacer – o no hacer – un ritual o gesto? ¿Puedo permanecer de pie en la misa y tener una actitud de humildad? Si no es así, ¿puedo liberarme de las restricciones legalistas para hincarme, mientras otros permanecen de pie y aun así tienen una actitud de amor para Dios Y para la comunidad con la que estoy?

¡Que el amor gobierne nuestros rituales y que nuestras acciones no sean sólo con la boca!

¿Qué dicen al respecto las reglas oficiales de la Iglesia?

Antes de que les deletree las enseñanzas oficiales de la Iglesia sobre esta materia, permítanme hacer énfasis en el punto que estoy tratando de hacer: No nos preocupemos tanto sobre la “postura correcta en Misa” la postura física en Misa y que por eso perdamos la postura correcta de nuestros corazones. La humildad que tenemos y la reverencia que mantenemos para con Jesús y Su presencia en la Eucaristía es, por mucho, más importante que si el pastor nos hace permanecer de pie o de rodillas, mucho más importante que si el pastor “pone a la gente en la disyuntiva” entre obedecerlo a él y adaptarse a la concurrencia o seguir su conciencia que les dice que deben hincarse.

Estar de pie es una postura de reverencia y respeto. Más que eso, es la postura que la Iglesia ha utilizado siempre, como signo visible de que somos el pueblo de Cristo resucitado. Arrodillarse, es la postura del arrepentimiento.  Nunca significó ser la única postura de humildad. Su origen es un acto de penitencia.

Cuando no me siento lo suficientemente humilde para permanecer parada, es un indicio de que necesito estar más en contacto con mi corazón que con mis rodillas y que necesito crecer en humildad. Esto no significa, que esté mal si permanezco de pie.

La nueva revisión de la Instrucción General del Misal Romano (IGMR), promulgada en 2000 y emitida en los Estados Unidos en 2002 con adaptaciones, instruye que: “En las diócesis de los Estados Unidos de América, se deben hincar después de cantar o recitar el Sanctus [“Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo …”] hasta el Amen de la Plegaria Eucarística, excepto cuando se impide por razones de salud, falta de espacio, gran cantidad de personas presentes o por otra buena razón. Aquellos que no se arrodillen deben hacer una reverencia profunda cuando el sacerdote hace la genuflexión después de la Consagración. Los fieles se arrodillan después del Agnus Dei [“Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros …”, que viene después del signo de paz] a menos de que el Obispo de la Diócesis lo decida de otra manera.”

Detallado paso a paso, aquí están los tiempos de todo:

Después de la Liturgia de la Palabra, la Profesión de Fe y las Intercesiones Generales, la Liturgia Eucarística empieza con la Preparación del Altar y de las Ofrendas.

Después que el sacerdote empieza con la Plegaria Eucarística, llega al Sanctus: “Santo, santo, santo es el Señor, Dios todopoderoso, el cielo y la tierra están llenos de tu poder y gloria. Hosanna en las alturas. Bendito el que viene en el nombre del Señor. Hosanna en las alturas.” En este momento nos hincamos.

El sacerdote finaliza la Plegaria Eucarística con un “Amén” y en este momento nos ponemos de pie. El IGMR hace silencio acerca de los gestos a emplear con las manos en los EEUU durante la oración del “Padrenuestro”; depende de la parroquia. Tomarse de las manos se permite, como un signo de nuestra unidad. La Eucaristía nos regala unidad, por lo tanto es un signo visible muy apropiado, pero nunca debe forzarse a los que se sientan incómodos a entrar físicamente en contacto con extraños.

Después del Signo de Paz, el sacerdote parte el pan y juntos oramos: “ Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten piedad de nosotros ….” En este momento nos arrodillamos hasta que nos paramos para recibir la comunión.

El canto de Comunión no es un momento para hacer una oración privada. Permanecer de rodillas ya no es necesario. Hemos dejado nuestras bancas para recibir el Cuerpo de Cristo como personas individuales (“Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero ….”) y retornamos a nuestras bancas unidos como una comunidad – la palabra comunidad significa “con unidad” y no es coincidencia que “comunión y “comunidad” sean tan similares; ambas significan lo mismo. Nosotros mostramos nuestra unidad al cantar juntos. Nosotros vamos a mostrar la victoria sobre el pecado que Jesús compró para nosotros con Su cuerpo y sangre, al permanecer de pie, que es un signo de un pueblo resucitado. Hemos orado, “… pero una palabra tuya bastará para sanarme” y ¡Jesús dice la palabra! (Sin embargo, si un pastor local decide permitir que se arrodillen en este momento, se le permite hacerlo por el bien de las personas. Pero una vez que entendemos que hemos sido sanados y que un signo de ello es permanecer de pie, debemos hacerle ver al pastor, que preferimos estar de pie como lo instruye la IGMR.)

Después de la Comunión, cuando todos en la comunidad han terminado de recibir la Eucaristía y el sacerdote retorna a su silla, se debería observar un período de silencio, o se puede cantar un salmo o un canto. La revisión del año 2000 de la IGMR subraya la importancia de ralentizar la Misa para los momentos de reflexión en silencio. Este es el momento para hacer la oración privada que tú quieres, después de recibir a Jesús en la Eucaristía.

¿Por qué se permite que los EEUU tengan normas diferentes al resto del mundo? ¡Porque son Pautas y no LEYES MORALES! Existe una jerarquía de leyes y no debemos ser legalistas en la práctica de nuestros rituales. La IGMR dice: “Le corresponde a la conferencia episcopal adaptarse a las acciones y posturas descriptas en el orden de la Misa Romana con las costumbres del pueblo. Pero la conferencia debe asegurarse que dichas adaptaciones correspondan con el significado y carácter de cada parte de la celebración.” Con el mismo razonamiento, a los curas se les permite, con la aprobación del obispo, hacer variaciones de las normas en sus parroquias.

No debemos permitir que las emociones que se suscitan por nuestras preferencias personales, nos confundan.  Si estamos muy preocupados por hacer las cosas “de la manera correcta” – si estamos más interesados en ser legalmente “correctos” y amar nuestros motivos, que en ser humildes de corazón– entonces sólo estamos dando el servicio a Dios con “la boca” como Jesús lo advirtió en Marcos 7.

La primera vez que se me indicó que permaneciera de pie, cuando estaba acostumbrada a hincarme, sentí un cumulo de fuertes emociones. Me tomó un largo tiempo procesar lo que el Señor estaba tratando de enseñarme a través de eso. De este modo, por mis propias experiencias, les puedo aconsejar: Por favor, cálmense :o),  pónganse en oración y escuchen lo que el Señor mismo les está enseñando, por medio de este desafío.


Otras preguntas sobre posturas correctas durante la Misa:

Pregunta:

“Yo creía que en los EE.UU. debíamos obedecer a los obispos de EE.UU. e hincarnos cuando lo indica el misal. ¿Puede cambiar esto un párroco? ¿Cuál es la postura correcta en Misa?”

Respuesta:

Las directivas pueden ser adaptadas a lo que sea apropiado a nivel local, pero el sacerdote se adhiere a las directivas promulgadas por la Oficia de Liturgia de su (arqui)diócesis.

Pregunta:

“¿Es correcto que un laico distribuya la Santa Eucaristía (Comunión)? ¿Es correcto recibir la Santa Eucaristía con nuestras manos o en nuestra lengua? ¿Cuál es la postura correcta en Misa?”

Respuesta:

Sí, los laicos pueden servir como Ministros de la Eucaristía. Sí, podemos recibir la Eucaristía en nuestras manos o en la lengua – ambas son medios apropiados para recibir a nuestro Señor, mientras le mostremos el respeto que se le debe siempre y cuando nuestros corazones sean humildes. De nuevo, hago énfasis en la necesidad de examinar lo que hay en nuestros corazones, en lugar de “lo correcto es …”. No estamos siendo respetuosos con Jesús, si no respetamos a aquellos que cambian los rituales y tradiciones que nos son familiares. Nosotros no estamos siendo respetuosos con Jesús, si nos rehusamos a aceptar la Comunión impartida por un laico.


Un último pensamiento: El tema de la postura correcta en Misa causa fuertes reacciones, porque sabemos que Jesús está verdaderamente presente en la Eucaristía, ¿pero nos acordamos que también Él está presente en las personas a nuestro alrededor? San Francisco de Asís creía que la postura correcta al encontrarse con las personas, era hacer una genuflexión ante ellos porque Jesús está en ellos. Aún aquellos que no han sido bautizados o convertidos a la fe, están hecho a imagen de Dios y, por lo tanto, merecen ser tratados con el mismo respeto que le damos a Jesús en la Eucaristía.

Mira el sitio web de los obispos de EE.UU. sobre la postura:
Postura durante la Oración Eucarística y el Padre Nuestro.

Siguiente: Mira más PalabrasVivas sobre la Doctrina Católica y Enseñanzas sobre la Fe >>

© 2003 por Terry A. Modica


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